En pleno regreso de nuestro rodar por la isla de Mallorca, redactamos este post sobre las aguas del Mar Mediterráneo, a bordo de un confortable camarote. Muchas son las dudas que nos surgen a la hora de cruzar el mar con nuestras bicis y equipaje, en busca de otros destinos por los que ampliar la experiencia cicloviajera. Fruto de la maravillosa vivencia que hemos tenido la última semana visitando las Islas Baleares, deseamos y creemos que puede seros de mucha utilidad, para todos los viajeros, en general, y cicloviajeros en particular, estas líneas que compartimos con vosotros.
Sin lugar a dudas, la opción más cómoda y facíl, según nuestra experiencia, es embarcarse en uno de los ferries, que la compañía Baleària pone a nuestra disposición desde Denia a Palma de Mallorca, entre otras muchas rutas de las que disponen. No tienes que preocuparte de nada, tan sólo de conseguir tus pasajes comodamente por internet en www.balearia.com y ellos se encargan de todo: fue llegar con nuestros billetes impresos a la zona de carga de los vehículos y el personal de la compañía se ocupa de tu bicicleta, equipaje y alforjas, de una manera personalizada y muy cuidadosa. No tienes que desmontar absolutamente nada de la bici, ni doblarla en incómodas posturas de “yoga bicicletero”, ni envolverla con complicados embalajes ni ataduras. En la bodega de carga, ellos disponen de unos espacios reservados, exclusivamente para las dos ruedas, en los que os acomodarán vuestros caballos de acero. El resto del proceso es mucho más fácil, aún si cabe: relajarse y disfrutar de la travesía a las islas. Para ello, existen muchas posibilidades a bordo para degustar el propio viaje. Por ejemplo: podemos deleitarnos con un baño en la piscina de la popa del barco, al lado de la cual, disponemos de un bar donde podemos refrescarnos y aplacar el sol del verano; o bien, en el interior del barco disfrutar de los menús que se sirven durante la ruta. Y si lo que deseamos es descansar o tener un momento para trabajar, leer… en un espacio más privativo, podéis dirigiros a vuestro confortable camarote. En caso de que viajéis con niños, ellos también, se podrán entretener con espectáculos de animación infantil, magia y otras actividades. El viaje dura unas ocho horas, pero os podemos asegurar que, con todos estos servicios y comodidades, os pasarán volando.
Por otro lado, os estaréis preguntando… ¿pero… por qué venirse en bicicleta hasta Mallorca?
No por casualidad, muchos equipos profesionales de ciclismo eligen esta isla como lugar para preparar la temporada y las grandes competiciones. El clima es muy suave y benigno durante casi todo el año, hay carreteras secundarias preciosas con muy poco tráfico y desniveles notables, paisajes extraordinarios que combinan el mar con sus calas, playas, albuferas, acantilados, cabos, bahías… con otras zonas más montañosas, boscosas o escarpadas. Además, hay un gran amor y afición a la bicicleta, que el sector turístico ha sabido escuchar y que, hoy en día, nos ofrece un buen número de servicios y opciones para los amantes del ciclismo.
La zona norte de la isla, donde se localiza la conocida Serra de Tramuntana, es la que más variedad paisajística tiene y en ella nos encontramos con las subidas y puertos más duros, como la ascención a Puig Mayor, un puerto de unos 14 km y 6% de desnivel medio, con el que conseguimos alcanzar los 1500 metros de altitud sobre el nivel del mar. En nuestro caso, hemos recorrido en cinco días, toda esta zona norte de Mallorca. Nuestro punto de salida fue la capital, Palma de Mallorca, en la cual disfrutamos de dos días maravillosos perdiéndonos por las pintorescas calles de su casco antiguo. De allí nos dirigimos al noroeste para llegar a Sant Elm y, en los días posteriores, recorrimos todo el norte de la isla, pasando por genuinos e increíbles paisajes y localidades como Esporles, Valldemossa, Deià, Sóller y Port de Sóller, Lluc, Pollença hasta el Cap de Formentor y la histórica Alcúdia, terminando nuestra ruta en Can Picafort.
Probablemente, dedicaremos otro post más específico, en el que os detallaremos cada uno de estos cinco días de nuestro paso por Mallorca, con los recorridos exactos, experiencias y sugerencias que os facilitarán vuestra estancia y rodar por la isla.
Desde Can Picafort, nos dirigimos a Sa Pobla, desde donde tomamos un tren de vuelta a Palma de Mallorca, lugar en el que, de nuevo, nos esperaba nuestro ferry de Baleària para regresar a la Península y desde el que os estamos escribiendo esta publicación.
¡Hasta pronto!
viajandoamedialuna
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Qué buena pinta el viaje por esas tierras!!!
Está siendo genial! Te invitamos a que nos acompañes!
Muchas gracias Alba!!!